El tipo equivocado

20.2.08

NADA ES, TODO FLUYE. Veinte de febrero.

Muy buenas.

Vamos a hablar de los revival. Por orden y petición de los lectores.

Como decía ayer, los ochenta nos han acompañado en la segunda mitad de esta primera década del siglo XXI.

Leí en alguna ocasión que el movimiento neo-ochentero estaba asociado a un nuevo aire de libertad (y libertinaje) asociado a su vez a la victoria socialista del año 2004 y al paralelismo entre el ambiente actual de la nación y aquella sensación de nueva libertad que se respiraba, o masticaba, en el Madrid de Don Enrique Tierno Galván y, en sus postrimerías, de Barranco.

Personalmente creo que eso es una gilipollez. Y personalmente lo pienso por dos cosas. La primera que actualmente ni los políticos mandan en nuestras supuestas elecciones libres y personales, véase ocio, tiempo libre, vestido, gustos, etc. Es el Corte Inglés y el señor Zara, el american way of life y la madre que los parió a través de todos los medios disponibles. No creo que dejen de controlar ni uno solo de los medios de acceso al público. Así que dejen de elucubrar ni sentirse libres en sus elecciones. Están siendo condicionados.

La segunda es que, si de verdad siguiera habiendo una mínima libertad de movimiento por parte de los políticos, sinceramente creo que son manejados por las grandes empresas y sus intereses, en ese supuesto caso tampoco se respiraría un aire ochentero. No hay más que ver lo rancio y meapilas que son los políticos actuales, al menos en las grandes ciudades peninsulares. Digo peninsulares porque el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria está todavía con un pie en los 80.



Y el de Sta Cruz está demasiado ocupado escapándose de escándalos de corrupción.

Por cierto, ¿alguien le pone cara al alcalde de Barcelona?

Bueno, pues todo este rollo viene a cuento de las vueltas de grupos de los ochenta y, recientemente, de los noventa. No hay más que ver el cartel recién presentado de la nueva edición del festival Primavera Sound 2008. Yo estaré allí por si alguien quiere quedar. Y aviso, llevaré mi camisa de cuadros, aunque sólo sea para el concierto de Dinosaur Jr.

Mucho viejuno de vuelta. ¿Quién controlará estos carteles?. El alcalde de Barcelona creo que no tiene pinta de ello.



Un saludo

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